La música como testimonio de un territorio y de un tiempo
La música como testimonio de un territorio y de un tiempo
Chacarera, chamamé, milonga y lonkomeo son algunos de los géneros presentes en “Territorio”, el nuevo disco del grupo Raza Truncka, que recorre ritmos tradicionales de distintas regiones del país y describe la situación socioambiental. De la megaminería a las propuestas de los pueblos originarios, del fracking a la agroecología. Cuando la canción es también compromiso.

Según explican los músicos de Raza Truncka, Territorio es un disco temático sobre el extractivismo. Una de las fuentes —teóricas y de inspiración— que usaron para escribir algunas de las canciones es el libro Tierra arrasada: Petróleo, soja, pasteras y megaminería. Radiografía de la Argentina del siglo XXI, del periodista Darío Aranda. “Detrás del negocio multimillonario de la soja, la megaminería, las pasteras y los combustibles no convencionales, no sólo hay consecuencias inmediatas para todos los habitantes del país, sino también la amenaza de convertir a la Argentina en un territorio agotado, enfermo y hambriento”, plantea el libro editado por Sudamericana.

En discos anteriores, los músicos de Raza Truncka ya venían con inquietudes y preocupaciones vinculadas a las consecuencias del monocultivo, las fumigaciones o el uso indiscriminado de agrotóxicos, una realidad que también viven de cerca los habitantes de Salto, Pergamino y Rojas. “Tenemos una canción que se llama ‘Niño fumigado’, que es una versión de la chacarera tradicional ‘Cuando muere el angelito’ (de Marcelo Ferreyra y Eugenio Inchausti). La canción cuenta el momento cuando fallece un niño. Y nosotros tratamos de mostrar que a veces los niños no fallecen por muerte natural, sino por factores externos”, grafica Palavecino sobre esta versión grabada en el disco Ni con delicadeza, ni con cuidado (2014). “Usamos la música y parte de la letra. Y otra parte la modificamos. El tema se usó en asambleas de pueblos fumigados y estuvo dando vueltas bastante para acompañar esas luchas”.