En fin, lo más útil de todo resulta ser la posibilidad de “demezclar” música. Algo que antes ya se lograba mediante ciertos programas con facilidades de ecualización, pero que el trabajo del cineasta Peter Jackson y su equipo técnico durante la miniserie Get Back de The Beatles llevó a un nuevo nivel: separar instrumentos y voces hasta entonces inaudibles mediante la enseñanza a su programa MAL (Máquina por Aprendizaje Asistido, tales sus siglas en inglés): “esto es un piano; esta, una guitarra; eso, una voz”; cada elemento con una frecuencia diferenciable y aislable.
Este uso de la IA fue la clave que permitió separar la voz de John Lennon de su piano, ambos grabados en un cassette común en su hogar, limpiarlos y, así, finalmente, darle a Now and Then la calidad que eludió a las otras dos canciones que los entonces tres Beatles sobrevivientes grabaron en 1994 y 1995.
MAL también hizo posible que, en su gira, Paul McCartney cante en un dúo virtual con Lennon en directo desde 1969 en la terraza de Apple. Con esta misma tecnología se ha ido “demixando” el catálogo Beatle, retrocediendo en el tiempo desde 1966 para generar nuevas mezclas.
De hecho, las compañías discográficas ya están utilizando software como SpectraLayers, que permite separar antiguas mezclas mono en distintos elementos para luego remezclarlos en estéreo. Esto facilita la creación de un nuevo master que puede integrarse en la reedición de un álbum, incluso si solo está destinado a plataformas de streaming.
Además, este tipo de tecnología, si se aplica a grabaciones de conciertos, también permite separar la música interpretada del ruido de la audiencia. Estas herramientas ofrecen nuevas posibilidades, contribuyendo a una forma renovada de abordar la arqueología sonora.
En Internet hay muchas versiones más humildes de estos avances que permiten “demezclar” lo que uno quiera: ¿separar los instrumentos de Soda Stereo para estudiarlos o remixarlos? ¿Pasar la voz de Cerati por varios filtros de IA y ponerlo a cantar Almafuerte? ¿Hacer un loop de un riff de su guitarra e incorporarlo en una pista de trap?
Todo es posible: la belleza, el mal gusto, la saturación y también litigios.
Nada más queda, excepto una certeza: un nuevo paradigma recién comienza.
