La música pudo favorecer la supervivencia
La música pudo favorecer la supervivencia

Desde hace unas décadas, los científicos que investigan la evolución se han propuesto encontrar el origen de la música en la historia biológica del ser humano. Esta perspectiva parte de la teoría de la selección natural, afirmando que son las necesidades impuestas por el ambiente las que modelan el diseño de todas las especies, ya que sobrevivirán los individuos que tengan las mejores adaptaciones (fisiológicas o psicológicas) en cada momento.

Estos rasgos beneficiosos surgen de diversas mutaciones genéticas, que en caso de ser positivas para la supervivencia tendrán más posibilidades de ser transmitidas de generación en generación. En el caso del ser humano, la presión de la selección natural ha afectado a lo largo de miles de años a la estructura y las funciones del cerebro, sobreviviendo el diseño que permitía llevar a cabo unos comportamientos más funcionales.

Sin embargo, nuestra especie es mucho más compleja. A pesar de que la selección natural ha sido la que ha moldeado el diseño biológico del organismo, es la cultura y lo que aprendemos a lo largo de la vida lo que acaba definiendo quiénes somos.

Teniendo en cuenta estas ideas, son muchos los etólogos, neurocientíficos, musicólogos y biólogos que coinciden en que hubo un momento de la historia en que la música ayudó a nuestros ancestros a sobrevivir en un medio agreste y hostil. En una revisión del tema, Martín Amodeo (2014) afirma que la habilidad para apreciar el arte sonoro pudo incluso tener un papel esencial en el surgimiento de la especie humana. Estas afirmaciones pueden sorprender ya que, actualmente, el uso que se le da a la música es aparentemente lúdico y no supone una cuestión de vida o muerte, afortunadamente.